La Oración a la Virgen de la Dulce Espera es una oración dirigida a la Virgen María en su advocación como patrona de las mujeres embarazadas. Su imagen es la de María esperando con amor y esperanza el nacimiento de Jesús, su hijo.
La Virgen de la Dulce Espera es un símbolo de amor y esperanza para todos los creyentes y es conocida también como la Virgen de la Esperanza. Se le pide a María que guíe y proteja a las mujeres embarazadas y a sus hijos durante el proceso de embarazo y parto, y que les brinde fuerza y esperanza durante este tiempo tan importante y maravilloso.
Oración a la Virgen de la Dulce Espera para pedir un embarazo
Patrona de las mujeres embarazadas y Madre de Jesús, Te suplico que intercedas por mí en este momento de mi vida, en el que deseo con todo mi corazón tener un hijo. Te pido que me concedas la gracia de un embarazo saludable y que protejas a mi bebé durante todo el proceso de crecimiento. Ayúdame a ser una buena madre y a criar a mi hijo con amor y sabiduría. Dulce Virgen de la Dulce Espera, Escucha mi súplica y concédeme la gracia de mi corazón. Te lo pido en el nombre de Jesús, tu hijo amado. Amén.
Oración a la Virgen de la Dulce Espera para pedir protección en el embarazo
María, Madre del amor hermoso, jovencita de Nazaret, tú que proclamaste la grandeza del Señor y dijiste sí para convertirte en madre de nuestro Salvador y nuestra propia madre, escucha las súplicas que te hago hoy. Dentro de mí, una nueva vida está creciendo: un pequeño que traerá alegría y gozo, preocupaciones y miedos, esperanzas y felicidad a mi hogar. Por favor, cuida y protege a mi bebé mientras lo llevo en mi vientre. Y que en el feliz momento del nacimiento, cuando oiga sus primeros sonidos y vea sus pequeñas manos, pueda dar gracias al Creador por este maravilloso regalo. Siguiendo tu ejemplo y modelo, quiero acompañar y ver crecer a mi hijo. Ayúdame y guíame para que él encuentre en mí un refugio seguro y, al mismo tiempo, un punto de partida para tomar sus propios caminos. Además, dulce Madre mía, por favor, presta especial atención a aquellas mujeres que enfrentan este momento solas, sin apoyo o sin cariño. Que puedan sentir el amor del Padre y descubrir que cada niño que viene al mundo es una bendición. Que sepan que la decisión valiente de acoger y nutrir a su hijo es valorada y apreciada. Nuestra Señora de la Dulce Espera, danos tu consuelo y valentía. Amén.